El año era uno en el cual no había pantallas negras. La mujer tiene la oportunidad de ofrecerse en la sección furor del diario que busca unir amorosamente a las personas. Lo hace. ¿Por qué no? Mostrarse al mundo como "realmente" es. Entonces se pone a pensar que pondrá.
Treinta y cinco años. No, mejor poner treinta. Pero eso sería mentira, ¿No? A menos que ponga "viviendo mi tercera década". Al final se decide por lo último, la ambigüedad le da un toque de misterio que tanto atrae al sexo opuesto. ¿Estado civil? Es viuda, pero ¿Para que ponerlo? ¿Y si piensan que es una mujer triste que se quiere olvidar a toda costa de su difunto esposo? Soltera, listo. Ahora el turno de poner sus cualidades. "Se cocinar". Solo sabe hacer huevo frito, pero al fin y al cabo eso es una actividad culinaria, así que no miente. "Se tejer y coser". En la semana le va a pedir a su madre que le enseñe, para el momento que le respondan el anuncio seguro algo sabrá. Escribe que mide 1.60. La última vez que se midió media 1.54, pero seguro creció, seguro que ya mide eso.
Pone un par de "verdades" más, lo relee y le encanta. Lo hace con la misma intensidad que odia su vida. Y sí, claro, si al fin y al cabo nuestros perfiles son simplemente mejores versiones de nosotros mismos.
Apoya esta historia en: