top of page
  • Foto del escritorAgustín Méndez Ferrín

Prisionero del tiempo



Desde que tengo memoria, siento la peculiar sensación de estar en dos planos diferentes. Ambos mundos, aunque no comparten ni una similitud, están entrelazados, unidos, y si no lo estarían, ninguno tendría sentido. Como piezas de un simple rompecabezas, son atravesados por un único significado, y al estar juntos forman una imagen: mi vida.


En estos momentos yo estoy escribiendo este texto, pensando en que voy a hacer después de terminarlo, mientras reflexiono mi vida, me lamento por las oportunidades perdidas y me esperanzo por las que vendrán. Pero, a la vez, me encuentro dentro de una gran prisión de cristal, en forma de cúpula, de la cual no puedo escapar. En el techo de esta celda hay un pequeño agujero por donde caen granos de arena constantemente. Muy lentamente, el recinto donde me encuentro atrapado se está llenando. Cada vez hay más arena, y parece que nunca va a terminar de fluir.


Al principio, esto no me importaba. Estaba muy ocupado buscando la satisfacción personal, ya sea con mi juguete preferido o aprendiendo a hacer nuevas cosas excitantes, como leer o escribir. Ignoraba completamente la existencia del otro mundo, no me daba cuenta de que nací siendo prisionero y que, en algún momento, la arena iba a engullirme por completo. No me importaba, o capaz no comprendía lo que estaba pasando. No me daba cuenta de que cada vez había más arena, y parecía que nunca iba a terminar de fluir.


De a poco fui reconociendo el otro mundo, pero lo desacreditaba. Una mente pequeña, por lo general, es ignorante, y decide seguir siéndolo por voluntad propia. ¿Para qué reflexionar sobre eso, cuando pasan tantas cosas geniales en este mundo? Los dibujos, los libros y los juegos me distraían de la realidad. Mientras tanto, cada vez había más arena, y parecía que nunca iba a terminar de fluir.


Mientras más crecía, más me cuestionaba el porqué de mi mente bidimensional. Me empezó a preocupar mi condición de prisionero, así como el creciente montón de arena. ¿Podré escapar? ¿Qué pasará cuando la arena me cubra completamente? ¿Algún día terminará de caer? Son todas preguntas que me he hecho y que, de vez en cuando, me sigo haciendo. Las respuestas no me las dio nadie, y lo único que pude concluir de mi introspección es que cada vez había más arena, y parecía que nunca iba a terminar de fluir.


Como he dicho antes, ambos mundos están conectados y comparten mucho. Una de las cosas que se entrelazan son mis emociones y sentimientos. Por eso, cuando las vivencias y las chances de la vida me jugaron una mala pasada, mi tristeza en este plano se traducía en temor en el otro. Temor por la arena, temor por no poder escapar, ganas de que se acabe la espera. Ya no soportaba ser un prisionero y no aguantaba la ansiedad que me generaba el caer de la arena, mi entierro pendiente. Intenté huir, intenté tapar el agujero. Intente mil cosas, pero ninguna sirvió, así que me resigne al miedo. Me aterraba observar como cada vez había más arena, y parecía que nunca iba a terminar de fluir.


Todavía me falta mucho por experimentar, mucho por vivir. No soy bajo ningún criterio alguien sabio, ni tengo la respuesta a nada de lo que vengo diciendo. Pero creo que la mejor decisión que tomé en lo que va de mi existencia es la aceptar mi bidimensionalidad. La sigo analizando, la sigo pensando y sigo contemplándola. Pero no me preocupo. Ya no intento hacer nada para cambiar el curso de las cosas, como caen los granos. No trato de escapar, simplemente contemplo que cada vez hay más arena, y parece que nunca va a terminar de fluir.


En unos años, voy a estar muy ocupado como para observar mi otro mundo. Van a pasar las décadas, y mientras me este consumiendo la vida laboral, también lo va a estar haciendo la arena. Estaré pendiente de todas las cosas en este mundo terrenal y me olvidaré de la cárcel de cristal. Mientras disfrute una falsa libertad, seré prisionero. Y, cuando llegue la hora, aceptaré lo que siempre supe que iba a pasar. Quedaré enterrado, porque las arenas del tiempo nunca van a terminar de fluir.



Apoya esta historia en:


0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Ella

Perfiles

bottom of page